¿Qué es?
El Alzheimer es una enfermedad
neurodegenerativa, la causa más frecuente de demencia en los ancianos, es un
trastorno grave, degenerativo, producido por la pérdida gradual de neuronas
cerebrales, cuya causa no es del todo conocida. Aparece sobre todo en pacientes
mayores de 65 años y se caracteriza en su forma típica por una pérdida
progresiva de la memoria y de otras capacidades mentales, a medida que las
células nerviosas (neuronas) mueren y diferentes zonas del cerebro se atrofian.
La enfermedad suele tener una duración media aproximada después del diagnóstico
de 10 años, aunque esto puede variar en proporción directa con la severidad de
la enfermedad al momento del diagnóstico. La enfermedad afecta a las partes del
cerebro que controlan el pensamiento, la memoria y el lenguaje. Aunque cada día
se sabe más sobre la enfermedad, todavía se desconoce la causa exacta de la
misma y hoy por hoy no se dispone de un tratamiento eficaz.
Historia de la enfermedad
Poco más de un siglo ha
transcurrido desde que esta grave enfermedad neurodegenerativa fuese descrita
por el médico alemán Alois Alzheimer.
En 1901 identificó el primer caso de lo que se conoce hoy como enfermedad de
Alzheimer, en una mujer de cincuenta años de edad, a quien llamó «Auguste D» que
había ingresado en el Hospital de Frankfurt a causa de un cuadro clínico
caracterizado por un delirio de celos, seguido de una rápida pérdida de memoria
acompañada de alucinaciones, desorientación temporal-espacial, paranoia,
alteraciones de la conducta y un grave trastorno del lenguaje. La paciente
falleció por una infección debida a las heridas que le habían aparecido por
estar inmóvil durante mucho tiempo en la cama y por una infección pulmonar. Emil
Kraepelin categorizó por primera vez la enfermedad y en la octava edición de su
libro de texto de Psiquiatría, publicado en 1910, incluyó a la enfermedad de
Alzheimer.
Síntomas
1.
Pérdida de memoria: el síntoma
más precoz de esta enfermedad es la pérdida de memoria, que se inicia con
olvidos frecuentes de cosas que acaban de hacer (no saben que han comido, o si
han cerrado la puerta de la casa con llave). El paciente suele ser consciente
de estos olvidos, aunque a veces trata de disimularlo.
2.
Dificultades para realizar tareas habituales: los pacientes olvidan guardar las cosas en los armarios, tienen
problemas para el manejo de los electrodomésticos comunes, van a comprar y
olvidan cosas o compran aquellas que no necesitan.
3.
Problemas con el lenguaje: los
pacientes con Alzheimer incipiente tienen dificultades para encontrar las
palabras correctas para expresarse. A veces hacen 'circunloquios' para decir
cosas habituales (el lugar donde se guardan los trajes en vez de decir el
armario, por ejemplo)
4.
Desorientación en tiempo y espacio:
es normal que los pacientes olviden el día en el que viven y no sepan donde se
encuentran, llegándose a perder en trayectos tan simples como de su casa a la
panadería.
5.
Disminución del juicio:
al inicio de la enfermedad los pacientes muestran una incapacidad para hacer
juicios de cosas simples, de modo que en ocasiones toma decisiones incorrectas
sobre la ropa que deben ponerse en función de tiempo que hace, o el dinero que
deben pagar.
6.
Problemas con el pensamiento abstracto:
los pacientes pierden su capacidad de hacer cálculos, y en ocasiones olvidan la
utilidad de los números.
7.
Descolocan las cosas:
con frecuencia al inicio de la enfermedad los pacientes colocan las cosas en
sitios disparatados, como poner la cartera dentro de la cazuela o los zapatos
dentro de la lavadora.
8.
Cambios de humor o comportamiento:
los pacientes con enfermedad de Alzheimer pueden tener cambios bruscos de humor,
sin aparente motivo y sin desencadenantes externos.
9.
Cambios de personalidad.
Aunque la personalidad suele cambiar con la edad, los pacientes con Alzheimer
tienen cambios exagerados de la misma, convirtiéndose en personas desconfiadas,
dependientes o hurañas.
10.
Pérdida de la iniciativa:
esto implica que son incapaces de tomar iniciativas para llevar su casa, hacer
las cuentas u organizar sus vidas. Con frecuencia su actividad diaria acaba
limitándose a mirar la televisión, sin conversar ni prestar atención por el
entorno.
Tratamiento
Hoy por hoy no existe ningún tratamiento que pueda
curar la enfermedad de Alzheimer. La enfermedad progresa de forma más o menos
rápida, hacia un deterioro severo que precisa de ayuda para todas las
actividades básicas. Sin embargo en algunas personas, en las fases tempranas y
media de la enfermedad, medicamentos como los inhibidores de la colinesterasa
pueden prevenir el empeoramiento de algunos síntomas durante un tiempo
limitado.
Actualmente se está probando una nueva vacuna
preventiva contra el Alzheimer. El neurólogo Gurutz Linazasoro es el encargado
de la misma y afirma que "La valoración no puede ser más positiva. Por fin
tenemos algo que abre una ventana a la esperanza" (refiriéndose a la
vacuna). Su objetivo, según ha dado a conocer el científico, es detener la
principal lesión cerebral vinculada al Alzheimer: la producción de placas
amiloides. La vacuna produciría anticuerpos encargados de eliminar el beta
amiloide 40 y 42, que son las causantes de la neurodegeneración cerebral. Los
ensayos de la vacuna se realizarán en Austria, donde 48 pacientes la probarán
en las instalaciones de una empresa local experta en monitorización de ensayos.
De acreditarse su inocuidad, la vacuna no estará en el mercado hasta dentro de
seis o siete años.Roberto Luis Tercero Ramos
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